Moraima Díaz Álvarez, es educadora de párvulos y lleva 34 años de trabajo en JUNJI Araucanía. En el aniversario número 53 de la Institución, fue reconocida por autoridades de Gobierno.
“Fue una linda sorpresa y me siento muy honrada por esta designación, sólo espero haber representado dignamente a mis compañeros y compañeras y al espíritu JUNJI”, dijo una emocionada Moraima Díaz, quien actualmente se desempeña como asesora de la subdirección de Calidad Educativa de la JUNJI Araucanía y esta semana fue reconocida por autoridades de Gobierno por sus más de tres décadas de servicio por la primera infancia. Esto, en el marco del aniversario de la Junta Nacional de Jardines Infantiles.
La educadora de párvulos se destaca por su cercanía y compromiso, el trabajo que se realiza en los jardines infantiles de La Araucanía. Sus pares la reconocen por su ojo crítico, analítico y prepositivo, unido a su responsabilidad social y trabajo colaborativo, lo que le han permitido desarrollar un trabajo de alto nivel técnico pedagógico.
Oriunda de Hualpín, comuna de Teodoro Schmidt, ingresó a la Universidad de Chile en el año 1981 y se tituló en la Universidad de La Frontera en 1984. Su primer trabajo en la JUNJI fue haciendo un reemplazo en el Jardín Infantil “Capullito” de Temuco, en el año 1985; luego, trabajó en la escuela municipal de la comuna de Freire, sector El Radal. A fines del año 1985 se reintegró a la JUNJI, ahora formando parte del equipo del Jardín Infantil “Pollito” de Loncoche.
Más tarde, continuó desarrollándose en el establecimiento educativo de la JUNJI, “Pinocho”, en Temuco y, posteriormente, en la unidad educativa “Piolín” de Angol. Para a inicios de los noventas, retornar a la ciudad de Temuco, en 1991, ahora en el Jardín Infantil “Las Abejitas”, donde se iniciaba el programa de aumento de cobertura.
En ese entonces, obtuvo una pasantía otorgada por el Ministerio de Educación en el Instituto Golda Meier, Israel, instancia formativa patrocinada por la JUNJI. Allí, la educadora desarrolló el proyecto “Vivenciando la Música” que pudo implementarse en el centro educativo.
A mediados del 2000, asumió como supervisora en la dirección regional de la JUNJI Araucanía, cargo en el que se mantiene.
“Cada día existe algo nuevo de que nutrirse en los diferentes espacios en que nos desempeñamos. Nuestro trabajo debe ser lo mejor que puedo dar, y debemos tener presente que, en el caso de nuestras compañeras y compañeros de jardines infantiles, lo que hagan o dejen de hacer va a impactar en las vidas de las niñas y niños”, reflexionó la profesional.
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