A partir de las 00 horas del próximo sábado 4 de abril los habitantes del territorio nacional -a excepción de Magallanes y la Antártica chilena- deberán atrasar sus relojes en una hora, dando inicio así al horario de invierno (UTC -4), que durará cinco meses, es decir, hasta el primer sábado de septiembre 2020.
Con la entrada en vigencia del horario de invierno, se reduce prácticamente a cero los días en que el sol saldrá después de las 8 de la mañana entre las regiones de Arica y el Maule; bajando también en aproximadamente 56 los días en que amanece después de dicho horario en las localidades de las regiones de Biobío a Aysén.
El Seremi de Energía, Erwin Gudenschwager, destacó que “la evidencia científica ha demostrado que iniciar las actividades diarias sin luz natural tiene un efecto negativo sobre la salud, la concentración y el desempeño de las personas, especialmente en niños y adolescentes, quienes por su ciclo biológico de crecimiento despiertan naturalmente más tarde que los adultos, y requieren de luz natural para un mejor aprendizaje”.
El régimen actual de cinco meses de invierno (entre el primer sábado de abril y el primer sábado de septiembre), y de siete meses de verano –el resto del año- fue establecido durante 2018 después de recabar antecedentes sobre las variables energéticas, de salud y bienestar, educación, seguridad y transportes y agrícola.
El horario de invierno aplicará para todo Chile con la excepción de la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, que mantendrá el régimen de los últimos años con el horario de verano durante todo el año, tal como lo decidió la ciudadanía en 2017.
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