Encabezados por el Equipo de Turismo Aventura de la Municipalidad de Pucón, esta semana se realizó un nuevo operativo en contra de la pesca furtiva en las aguas de los ríos Liucura y Trancura. Instancia donde los equipos locales fueron acompañados por personal de Sernapesca Región de La Araucanía, así como de efectivos de Carabineros de la Novena Comisaría de Pucón y de la Dirección de Seguridad Pública.
Un recorrido nocturno que arrojó resultados y sirvió de paso como medida disuasiva para quienes insisten en realizar esta actividad fuera de todas las normas de la Ley. Así las cosas, pasadas las 23:00 horas y luego de una reunión de coordinación con los ya mencionados equipos, éstos se subieron a los móviles que les trasladarían hasta puntos clave donde se realiza la pesca furtiva, “la misma que no tiene respecto por la vida, que devasta y explota sin medida, usando en muchos casos desde carnada viva hasta artículos prohibidos como ´pinchos´, redes o incluso peligrosos sedales con multiplicidad de anzuelos”, como comentó el encargado de esa área del Municipio y funcionario de la Dirección de Turismo, Víctor Vera.
Este procedimiento que se extendió hasta cerca de las 02:00 de la madrugada arrojó la infracción de un civil, quien fue sorprendido pescando sin el carnet correspondiente. Situación por la cual los inspectores de Sernapesca cursaron la infracción y decomisaron los artículos que traía consigo citándolo al tribunal y luego a Sernapesca en Temuco para poder recuperar sus pertenencias.
Según agregó Vera, este equipo multidisciplinario se mantendrá en funciones mientras sea necesario, realizando operativos tanto en horas del día como también de la noche en la búsqueda de quienes infringen la Ley y con sus acciones atentan contra el normal desarrollo de los ecosistemas y su equilibrio.
Finalmente, hay que destacar que el desarrollo ilegal de esta actividad trae consigo una serie de otras situaciones desagradables como son un acopio de basura como latas de cerveza, botellas y bolsas plásticas a lo largo del río, el destrozo de cercos y límites puestos por los residentes, quienes también alegan sentirse desprotegidos por la presencia nocturna de grupos de personas , quienes incluso hacen fogatas a la orilla de los ríos, pudiendo convertirse éstas en todo un peligro, si llegasen a propagarse por el pasto seco adyacente a estos espacios.
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