La afirmación la hace Susana Fuentez Riquelme, ingeniero en prevención de riesgos y medio ambiente y ex promotora de la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNIDRR).
Tras la reciente explosión del volcán Villarrica el viernes 7 del presente y las repetidas inundaciones en el sur del país y en la región Metropolitana, vuelve a resurgir la pregunta si estamos o no preparados para afrontar de buena manera las posibles catástrofes que puedan registrarse en la población de la Araucanía y el por qué siempre el agua se aniega en los mismos sectores por décadas.
Ante estas interrogantes existe una voz crítica y de alerta en la ingeniero en prevención de riesgos y medio ambiente, experta en gestión del riesgo de desastres y resiliencia, Susana Fuentez Riquelme, ex promotora de la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNIDRR).
Cuando el viernes pasado se anunció públicamente de la alarma amarilla del blanco macizo andino, que es el telón de fondo de las ciudades de Villarrica y Pucón, además de otras localidades ubicadas a los pies, alarmó a los 50 mil habitantes de la primera ciudad y a los 15 mil de la segunda. Ambas en verano aumentan en a lo menos el doble por la cantidad de visitante, sin considerar otras 50 mil o más que se distribuyen en diferentes balnearios de la zona lacustre.
Antes estos hechos, la ingeniera ha resaltado que dichas ciudades no deberían estar ubicadas donde están, aunque desde hace siglos los originarios de esas tierras buscaron sus riquezas naturales para asentarse en esos lugares hoy cuestionados por las amenazas del volcán.
PUCÓN PODRÍA DESAPARECER
“Que esas localidades estés ahí es por un mal ordenamiento territorial. No es posible que estén en instaladas en una zona altamente expuesta a un desastre como una erupción volcánica, y más aun sabiendo que el volcán Villarrica es el más peligroso de Sudamérica, sumándose que en verano aumenta la población por el turismo. Si ocurre una erupción volcánica, Pucón desaparecería por completo con alta cantidad de mortalidad, eso ya lo vimos en Chaitén”, indicó Susana Fuentez, también presidenta de la Fundación Ciudades Resilientes.
Por ejemplo, en Costa Rica desde hace mucho tiempo no se autoriza que la gente se mantenga en zonas de riesgos. Para ello se realiza un trabajo de educación a quienes habitan allí para que logren comprender que no pueden habitar en la zona. Se construye otro pueblo mejorado, dando condiciones de vida superiores, por ende la población se muda motivada.
“Esa realidad la viví en Costa Rica en 2012 realizando un evaluación en conjunto con el municipio de San José de ese país. Si en Chile se creara un proceso similar, se lograría convencer a la ciudades de alto riesgos a cambiarse a una zona segura. Pero esto es un trabajo desde la educación. Son procesos que llevan algunos años en ponerse en marcha. Pero hay que comenzar desde ahora, si no se inician estos cambios de manera profunda, seguirá ocurriendo lo mismo en las próximas décadas”, recalca la profesional de la gestión del riesgo de desastres.
SOLUCIÓN: UNA LEY
Según Susana Fuentez, debería comenzar un proceso de cambios inmediatos de la población en las zonas como Pucón y Villarrica. “El motivo principal es que Sernageomin ya advirtió que podría ocurrir una erupción altamente explosiva en las próximas semanas o en un par de meses. Con esa información técnica el gobierno, a través de Onemi, tiene el deber y la responsabilidad de actuar antes que puedan morir muchas personas en esa zona. Eso es gestión del riesgo. No se puede esperar que ocurra el desastre y lamentarse por la mortalidad para actuar. Pero esa es la realidad de Chile: se actúa de manera reactiva después que ocurre el desastre y eso es inaceptable”, subraya.
La solución para Susana Fuentez para evitar víctimas en caso de la catástrofe en la zona del Villarrica es crear primero la base legal y con rapidez, es decir, una ley de gestión del riesgo de desastre y la creación de un ministerio basado en esa ley.
“En el anterior gobierno de Sebastián Piñera se ingresó al congreso una proyecto de ley frente a este tema, pero ese proyecto no fue creado por especialistas. Lo ingreso el ex ministro Jaime Mañalich. Es decir, si Mañalich no tuvo la capacidad profesional de controlar la pandemia en todo los aspectos, menos sería posible que ese proyecto de ley sea eficiente. Se debe ingresar un nuevo proyecto de ley en la materia, creado por comités de expertos nacionales e internacionales y con participación ciudadana”, recalca Susana Fuentez.
ONEMI ESTÁ OBSOLETO
El 29 de junio hubo fuertes lluvias en la zona central del país reportándose calles anegadas en al menos 13 comunas de Santiago. Por otro lado, en el sur de Chile desde mayo y hasta julio se han registrado inundaciones que han perjudicado a miles de habitantes, situaciones que se repiten desde hace décadas. Al respecto Fuentez Riquelme también se refirió a ese tema que aflora cada invierno en nuestro territorio.
“Las constantes inundaciones se viven cada temporada y continuarán, porque en Chile no hay gestión del riesgo de desastres por parte de Onemi. Esta entidad aún se maneja bajo un sistema de protección civil y ese sistema está obsoleto, más aún para un país multidesastres. Dicho sistema y sus lineamientos ocurrieron durante el gobierno de Augusto Pinochet, que para aquella época fue correcto. Pero han pasado casi 50 años desde aquello. Hoy tenemos un nuevo mundo desde todos los puntos de vistas por los desastres que vivimos y ahora aumentado por el riesgo biológico del Covid-19. También quien lidera Onemi es un exmilitar, el Sr. Ricardo Toro, quien ha realizado lo que está a su alcance, pero todo eso es insuficiente en la actualidad”, manifestó la ingeniero en prevención de riesgos y medio ambiente.
MUNICIPIOS AUTORIZAN CONSTRUCCIONES
Para la experta en estas materias el incorrecto ordenamiento territorial ha colocado ciudades y pueblos en lugares de alto riesgo y eso es negativo, según afirma, ya que genera comunidades vulnerables frente a los desastre como inundaciones y otros debido a las lluvias y temporales.
“Por ejemplo se construyen edificios de altura en Santiago centro, pero los sistemas de abastecimiento de aguas son los mismo donde antes había sólo algunas casas. Eso sucede también en otras ciudades a lo largo de Chile. Pero cambia la situación cuando se edifica una mole de altura con muchos departamentos, donde aumenta la cantidad de habitantes y el sistema de abastecimiento del agua es el mismo, por esto se producen graves inundaciones. El punto es que son los propios municipios quienes autorizan las construcciones. Y eso hay que revisarlo también”, remarca la profesional que creo recientemente un webinar llamado “Rally de la Resiliencia Carlo de Gavardo” que partió hace tres semanas en Chile recorriendo toda América, parte de Europa para que llegue a la capital de Senegal en África (Dakar) el 13 de octubre.
Otro ejemplo que entrega Fuentez es lo que sucede en la Región de Valparaíso, donde se construyen casas y condominios con edificio de altura en zonas arenosas, que cuando hay grandes lluvias, como ha sido este año, todo se inunda, sumando además la vulnerabilidad frente a dichos habitantes ante un posible tsunami. “No es posible que los municipios den los permisos de construcción en lugares que exponen a la población a riesgos de desastres, considerando además que esas personan no están correctamente preparadas frente un desastres o como resilientes”.
POLÍTICA Y DESIGUALDAD
Susana Fuentez insiste en lo sucedido el 27F de 2010, donde murió mucha gente. Y posteriormente se reconstruyó en los mismos lugares creando riesgo sobre riesgo, como en Iloca (Región del Maule) entre otras ciudades costeras. Las inundaciones a nivel nacional por altas lluvias dejan al descubierto que no hay un sistema efectivo, para el desagüe de las lluvias. Hay zonas en Santiago y en general en todo el país, que se inundan con 1 o 2 días de lluvias. El problema viene desde décadas y ningún gobierno ha realizado los cambios en el mejoramiento de zonas altamente inundables.
“Se trabaja de manera reactiva. No habrá cambios de esto sino se establece un marco legal. Y hablo de la creación de la ley de gestión del riesgo de desastre. Sin base legal no se puede hacer nada. Pero con una ley muy bien preparada por especialistas competentes y expertos en la materia, habrá cambios y mejoras ahora y en el futuro. Hay mucha ayuda internacional, donde sólo un gobierno puede pedir a otro gobierno intercambio de conocimientos”, dice categóricamente.
Un gran líder en la creación de un sistema de gestión de desastres por inundaciones es Holanda. “Si hay tratados internacionales para el comercio, no es aceptable que el estado de Chile no se preocupe y no sea responsable frente a toda la población en temas de realizar los cambios necesarios para la protección de los ciudadanos. De esta forma se les expone a los desastres, a la perdida de sus propiedades y a la muerte de personas por la falta de voluntad política. Claramente frente a la inundaciones los más afectados son comunidades muy pobres. También allí se observa de inmediato el gran tema de la desigualdad”, concluye Susana Fuentez en el tema de los riesgos en que se encuentra importante parte de la población chilena de norte a sur.
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