La dos veces ganadora del Ironman 70.3 (2013-2014) vuelve a las pistas con 32 años, una maternidad a cuestas y dispuesta a pelea + el campeonato a Bárbara Riveros.
La primera campanada de que estaba lista para el regreso a la alta competencia la dio Valentina Carvallo cuando, tras su embarazo y lactancia este 2017, dio la gran sorpresa al ganar el ascenso a Valle Nevado en bicicleta, dejando atrás a especialistas de las dos ruedas en la distancia de 45 kilómetros.
Sus primeros pasos en el deporte profesional los dio en el mountainbike y desde ahí derivó al triatlón. Hoy, la triatleta de 32 años vuelve al Herbalife IRONMAN 70.3 de Pucón precedida del bicampeonato que alcanzó en 2013 y en 2014, siendo la primera chilena en ganar la prueba con un tiempo de 4 horas, 39 minutos y 39 segundos.
Después, otra chilena se cruzó en su carrera y acaparó el podio de Pucón hasta hoy, y vuelve en 2018 en busca del tetracampeonato: Bárbara Riveros, quien viene precedida de una buena campaña en el circuito europeo y australiano, donde ha alcanzado los primeros cinco lugares.
El extenuante y difícil ascenso a Valle Nevado fue un buen “apretón” para que Valentina Carvallo tomara la decisión de regresar a Pucón, y que este año postergó por el nacimiento de su hijo Lukas. El buen resultado fue determinante para que en las últimas semanas la deportista de la Universidad Católica concentrara sus entrenamientos en natación y trote. Dice que la bicicleta la domina bien, pues su contextura delgada y liviana la favorecen en los ascensos, como ocurre en el trazado de 90k desde Pucón a Curarrehue ida y vuelta.
El Herbalife IRONMAN 70.3 de Pucón forma parte de un proyecto mayor que Valentina Carvallo tiene diseñado hasta 2020. Después de Pucón, en marzo, volverá al calendario de competencias, porque su meta es juntar puntos para los Juegos Sudamericanos, y después para los Juegos Olímpicos de Tokio.
Deportista de toda la vida
Valentina Carvallo se crió en Rancagua y practicó muchos deportes. Compitió en natación, hockey, básquetbol y atletismo. Luego se trasladó a Santiago a estudiar educación física. Tras titularse en la Universidad Andrés Bello, a los 23 años, comenzó con el trekking porque estaba muy de moda subir los cerros. Luego vino el mountainbike y al año siguiente se decidió por el triatlón, debiendo trabajar fuertemente la natación que para ella sigue siendo la disciplina más difícil. En eso está ahora, porque falta poco para el 14 de enero, cuando la “leona” vuelva a entrar en acción.
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