Los animales que permanecían en cuarentena en el Fundo Huifquenco de Villarrica ya fueron despachados en 19 camiones hasta Puerto Montt para embarcarse en el buque Abou Karim III rumbo a la ciudad de Mersin, en el sudeste de Turquía.
La nave de nueve pisos, está especialmente equipada con sistemas de ventilación, áreas de cuidado veterinario y un sistema de desalinización de agua marina para 100 mil litros; algo similar a granjas flotantes cuyo objetivo es garantizar el bienestar animal. En total fueron enviados 6500 toretes que estuvieron en diferentes cuarentenas a cargo del SAG en las regiones del Maule, La Araucanía y Los Lagos.
El ganado bovino de nuestra región, que durante siete semanas permaneció vigilado estrictamente por veterinarios y equipo pecuario del Servicio Agrícola y Ganadero, fue sometido a exámenes de diagnóstico de brucelosis, tuberculosis, diarrea viral, leucosis y paratuberculosis. Además los animales fueron vacunados y estuvieron en tratamientos con antiparasitarios y antibióticos.
El 4 de marzo ingresaron al proceso cuarentenario 1069 toretes de los cuales un número menor fue rechazado, tanto por razones veterinarias como por selección de último minuto que realizó la propia empresa exportadora.
El Director Regional del SAG, Eduardo Figueroa Goycolea señaló que “el balance es cien por ciento positivo. El Servicio Agrícola y Ganadero cumplió con todo el protocolo de cuarentena para esta exportación. En total 993 bovinos salieron rumbo a Puerto Montt para ser embarcados a Turquía; Y aquí hay un punto importante que quisiera destacar porque no solamente estamos hablando que la Araucanía aportó esta cantidad de ganado. Gracias al Programa de Trazabilidad del SAG, podemos afirmar que nuestra región en total está enviando 2528 animales; lo que sucede es que no todos estuvieron bajo cuarentena en Villarrica, sino en otros predios de la región de Los Lagos.
Pero claramente esta exportación es un logro para Chile, porque abre una tremenda expectativa para los productores generando nuevas alternativas económicas. Y para el SAG significa reafirmar nuestro rol; somos un organismo fiscalizador que vela por el patrimonio sanitario del país pero también certificador de la calidad de los productos que serán consumidos en el extranjero, y eso nos llena de orgullo”.
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