Un grupo de alumnos que integran la agrupación de primeros auxilios entregaron cartas y regalos.
Como una acción social que busca integrar y solidarizar con aquellas personas que tienen una edad avanzada, es que los alumnos de la Escuela Los Arrayanes de Pucón asistieron hace dos semanas al Hogar San José para realizar una jornada recreativa, gracias al trabajo de la unidad educativa, la dirección del establecimiento y un grupo de estudiantes que integran la agrupación de primeros auxilios del lugar.
La inspectora y encargada de la sección de Enfermería, Gladys Arteaga, comentó que la visita fue una experiencia especial, sobre todo para los niños que conversaron con los adultos mayores y conocieron parte de sus historias personales.
"Los alumnos les dieron regalos y presentaron un número artístico, con el fin de marcar un encuentro especial con dos generaciones de vida muy diferentes; pero que ha sido una enorme gratificación para estos niños que están empezando a conocer realidades. Ello les permitirá crecer como personas”, señaló Arteaga.
Además, los estudiantes entregaron una carta a cada adulto mayor, donde expresaron sus más sinceros sentimientos hacia esta generación que en el pasado aportó en el desarrollo de la comuna y, entregando un ejemplo a sus hijos y nietos.
La visita estrechó lazos en el grupo de niños que al conocer las historias de vida, llenaron su corazón de alegría pero también de tristeza. Así lo expreso Vicente Krause, alumno de séptimo año, quien al conversar con alguno de ellos se emocionó. "Tengo un sentimiento de pena y dolor porque ellos sufren, porque no siempre los vienen a ver".
Para su compañero Sebastián Reyes, la experiencia fue enriquecedora. “Ha sido algo lindo conversar con ellos y conocer sus historias. Pero me gustaría que más personas pudieran visitarlos. Es bueno hablarles; además, nosotros también llegaremos a esto mismo. Ojalá si no se dé el mismo caso de ser abandonados por nuestras familias, como es el caso de algunos de estos abuelitos”.
Para la funcionaria María Neira del Hogar San José de Pucón, comentó que trabajar junto con los adultos ha sido una experiencia bonita. En sus 35 años de servicio, ha logrado conocer las diversas historias que hay detrás de cada persona.
La visita de los niños fue un gesto bonito. “Porque los abuelitos se distraen, se siente bien porque ven otras caras. Muchos de ellos reciben visitas en forma permanente, pero otros muy a lo lejos. Es por eso que los niños han alegrado sus almas”, expresó Neira.
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